lunes, 5 de marzo de 2007

2. La fundación de las Escuelas Normales.-La idea de la fundación de es­cuelas normales en México, no era nueva. Muchos años atrás se había pensado ya en crear este tipo de instituciones, como quiera que es una consecuente nece­sidad de la enseñanza, la existencia de maestros que deban impartirla.
Incluso, bajo las sugestiones de los pedagogos más señeros, algunos Estados de la República habían fundado ya escuelas normales, bien que rudimentarias. Dentro de éstas, cabe mencionar la Escuela Normal Mixta, de San Luis Potosí, instituida en 1849, y la Escuela Normal del Estado, fundada en Guadalajara (1881), gracias a. las recomendaciones, años atrás, del eminente maestro don Manuel López Cotilla.
Mejor planeadas fueron las escuelas normales fundadas en Puebla (1879) y Nuevo León (1881), sobre todo la primera, cuyo desarrollo fue debido a ini­ciativa del gobernador del Estado, don Juan N. Menéndez. Michoacán, Querétaro y Veracruz llegaron a tener escuelas normales en 1886. La de este último Estado fue creada, nada menos, como ya se dijo, por Enrique C. Rébsamen.
En 1867, se previno que se fundaran clases especiales para preparar maestros en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Secundaria para Señoritas. Por desgracia, en 1869 se prescindió de ellas por falta de recursos. En cambio, la Sociedad Filarmónica Mexicana, desde 1862, introdujo asigna­turas especiales para preparar maestros de música.
En 1882 era inaplazable la fundación de escuelas normales en la capital de la República. Así lo comprendió. Baranda y encomendó a la reconocida compe­tencia del licenciado Ignacio M. Altamirano la formulación de un proyecto para este objeto. Una vez terminado tan importante estudio, fue discutido por una comisión presidida por el ministro Baranda y formada por: licenciado Ignacio M. Altamirano, licenciado Justo Sierra, doctor Manuel Flores, señor Miguel Schultz, licenciado Miguel Serrano, profesor Joaquín Noreña, profesor Manuel Cervantes lmaz, licenciado Jesús Acevedo, profesor Enrique Laubscher, doctor Luis E. Ruiz y señor licenciado Alberto Lombardo.
Discutido y reformado convenientemente el proyecto, fue presentado al Congreso de la Unión. La Cámara expidió el decreto que creaba la Escuela Normal para Profesores, el 17 de dicembre de 1885 y poco después el Reglamento respectivo, el 2 de octubre de 1886, por medio del cual se facultaba al Ejecuti­vo para invertir $ 50,000 en la instalación del plantel.
La Escuela Normal para Profesores se inauguró el 24 de febrero de 1887, en la calle Cerrada de Santa Teresa, hoy Licenciado Verdad. Concurrió el Pre­sidente de la República, general Porfirio Díaz, acompañado de su Gabinete y del honorable Cuerpo Diplomático.
La Escuela Normal para Profesores contó con una Escuela Primaria Anexa y un jardín de Niños. El director de la Escuela Normal fue el licénciado Miguel Serrano, promotor de la Escuela Normal de Puebla. Enrique Laubscher fue nombrado director de la Primaria Anexa, y la profesora Matiana Munguía, directora de la Sección de Párvulos.
El profesorado de la Escuela Normal estuvo integrado por lnminentes perso­nalidades: Ignacio M. Altamirano; ingeniero Manuel María Contreras, matemático; profesor Alfonso Berrera, biólogo; profesor Miguel Schultz, geógrafo, y otros. Para las cátedras de pedagogía fueron designados Luis E. Ruiz y Ma­nuel Flores.
El Plan de Estudio que había de regir la flamante institución constaba de cuarenta y nueve cursos, distribuidos en cuatro años; lo que constituía un excesivo recargo de trabajo para los alumnos. Este pecado de origen no vino a remediarse sino hasta el año de 1892, en que se aumentó a cinco años el período de escolaridad.
Antes, en 1890, se había inaugurado ya la Escuela Normal para Profesoras de Instrucción Prímaria. Como se recordará, la Escuela Secundaria para Seño­ritas, instituida en 1867, fue reformada en 1878 por el ministro Protasio Tagle, ensanchando su horizonte pedagógico a fin de poder expedir títulos de profesoras. El ministro Baranda se propuso, y obtuvo del Congreso la autori­zación, en 1888, para transformar la antigua Secundaria de Señoritas, en Normal para Profesoras. El Reglamento relativo se expidió en diciembre -de 1889 y en febrero de 1890 se inauguró esta institución, homogénea en su estruc­tura a la de profesores. La sección de párvulos de la Normal para Profesores fue llevada a este nuevo plantel educativo.
La fundación de las dos Escuelas Normales, debida al entendido ministro Baranda, vino a poner término a la facultad hasta entonces ejercitada por el Ayuntamiento de México de otorgar los títulos de profesores a personas que carecían de la preparación necesaria para el ejercicio de la docencia. Dichas creaciones, asimismo, vinieron a coadyuvar, como certeramente lo percibió Baranda, a la tarea de unificar la enseñanza en la República.

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